El primer código QR dinámico: Cómo un proyecto pequeño encendió una chispa global
Algunas ideas llegan con gran impacto. Otras simplemente cambian silenciosamente la forma en que funciona el mundo. La invención del primer código QR dinámico entra en el segundo grupo: una innovación discreta nacida de un deseo de hacer la realidad aumentada más flexible. Lo que comenzó como un experimento secundario en 2009 se ha convertido en la infraestructura invisible detrás de millones de experiencias escaneables. Y todo comenzó con un problema que no tenía nada que ver con marketing.
De los experimentos en Realidad Aumentada a una idea más grande
En 2009, Diego Gopen trabajaba en una versión temprana de la realidad aumentada basada en la web. En un momento en que la AR aún requería aplicaciones dedicadas o software complicado, experimentaba con formas de ejecutar experiencias AR directamente en el navegador utilizando ActionScript 2. Ese trabajo lo colocó entre los primeros desarrolladores en el mundo en crear AR nativa en navegadores—y probablemente uno de los primeros en añadir física y controles de tipo videojuego a esas escenas.
Pero había un gran punto de fricción: la experiencia AR tenía que lanzarse escaneando un marcador impreso. Cada vez que la experiencia necesitaba cambiar, el marcador tenía que ser reimpreso.
Fue entonces cuando surgió la idea: ¿y si el marcador pudiera seguir siendo el mismo, pero la experiencia que iniciaba pudiera cambiar? Diego se dio cuenta de que, al separar el código impreso del destino que iniciaba, podía crear una versión flexible y editable de un código QR. En cuestión de minutos, tuvo la solución técnica: una capa de redireccionamiento entre el código QR y su destino. El primer código QR dinámico había nacido.
“Una vez que lo descubrí, me di cuenta de que esto podría usarse para mucho más que solo RA.”
Validando la idea: la primera llamada a Mauro
Todavía entusiasmado, Diego se puso en contacto con un viejo amigo de la universidad, Mauro Casula. Ambos habían estudiado en el Politecnico di Milano, y Diego confiaba en el instinto técnico de Mauro. Le explicó el concepto: un código QR cuyo destino podría actualizarse de forma remota, incluso después de la impresión.
Juntos, acuñaron el término “código QR dinámico” para distinguir su enfoque de los códigos estáticos tradicionales. Los códigos QR estáticos eran fijos: una vez impresos, su contenido no se podía cambiar. Pero estos nuevos códigos dinámicos ofrecían total flexibilidad e infinitas aplicaciones potenciales.
En cuestión de semanas, lanzaron una plataforma prototipo para administrar y editar códigos QR dinámicos. Lo llamaron uQR.me, el primer servicio dedicado del mundo para crear y administrar códigos QR editables. Años más tarde, evolucionaría hasta convertirse en lo que ahora conocemos como QRCodeKIT.
Mauro Casula (izquierda) y Diego Gopen (derecha), los pioneros detrás del primer código QR dinámico, dando forma al futuro del engagement digital.
El equipo detrás de escena: Mauro, Diego y Rob
En aquellos primeros días, eran solo ellos dos: Diego liderando la visión y la dirección del producto, Mauro manejando la infraestructura y el desarrollo. Pero pronto se les unió un tercer jugador clave: Roberto Maggio, un especialista en marketing que ayudó a dar forma a la estrategia de comunicación y le dio al proyecto su primera voz en el mundo.
Lo que los unió no fue la financiación ni el bombo publicitario. Fue la creencia. No tenían capital de riesgo, ni cobertura de prensa, ni un gran lanzamiento de relaciones públicas. Solo una buena idea y la sensación de que podría llegar lejos.
Roberto Maggio, una figura clave en el desarrollo del primer código QR dinámico, trabajando entre bastidores para dar vida a la innovación.
Por qué nunca patentaron la invención
Una de las decisiones más llamativas que tomó el equipo fue dejar su invención sin patentar.
“Si el código QR original había sido abierto desde el principio, pensamos que nuestra extensión del mismo también debería serlo.”
En lugar de proteger el concepto de códigos QR dinámicos con vallas legales, lo liberaron al mundo. Cualquiera podía adoptar el modelo. Y muchos lo hicieron. Hoy en día, innumerables plataformas y servicios ofrecen funcionalidad de códigos QR dinámicos, pero todo se remonta a ese primer prototipo y a una decisión: mantenerlo abierto.
Diego incluso le dio un nombre al formato: código QR dinámico, para ayudarlo a destacar y ganar terreno. En un momento dado, también se refirieron a ellos como QRLinks, un nombre que todavía se puede encontrar en archivos antiguos.
Primer desafío: explicar una tecnología que aún no existía
En 2009, los códigos QR apenas comenzaban a ganar reconocimiento fuera del uso industrial. Las cámaras de los teléfonos inteligentes recientemente habían comenzado a admitir el escaneo de códigos QR. Para la mayoría de las personas, el desafío no era comprender qué era un código QR dinámico, sino entender qué era un simple QR y para qué podía servir.
“Tenías que explicar qué era un código QR antes de que pudieras siquiera comenzar a explicar por qué debería ser dinámico.”
El equipo pasó años educando al mercado, construyendo ejemplos del mundo real y ayudando a los primeros usuarios a comprender los beneficios de los códigos editables y rastreables. Algunos de los primeros casos de uso fueron en marketing, RA e incluso alertas de niños desaparecidos.
La recompensa emocional: códigos QR con propósito
Años más tarde, hay un caso de uso todavía destaca para Diego: una colaboración con Amber Alert y Missing Children.
Utilizaron códigos QR dinámicos para imprimir y distribuir carteles de niños desaparecidos. A medida que avanzaba la investigación, el destino del código QR podía actualizarse en tiempo real, con nueva información, nuevas pistas o incluso un simple mensaje sobre el estado actual de la búsqueda.
«No hay mejor sensación que ver una actualización de mensaje de “Desaparecido” a “Gracias a todos, encontramos a Billy.”
Esos momentos le recordaron al equipo por qué seguían adelante con el proyecto, incluso en los años difíciles. No se trataba solo de tecnología. Se trataba de construir herramientas que ayudaran silenciosamente a las personas a conectarse, comunicarse y actuar.
Un negocio sin inversores, pero con poder de permanencia
A diferencia de muchas de las startups que luego ingresaron al espacio de códigos QR, el equipo detrás del primer código QR dinámico nunca recaudó fondos externos. Crecieron lentamente, con usuarios reales y comentarios reales. Y esa decisión valió la pena a largo plazo.
Muchas startups respaldadas por capital de riesgo construyeron plataformas de códigos QR llamativas, recaudaron millones y desaparecieron en dos años. Mientras tanto, QRCodeKIT siguió adelante, ayudando a los usuarios a migrar sus códigos de esas plataformas fallidas, ofreciendo soporte y generando confianza.
«Hemos tenido tantos usuarios que vienen a nosotros diciendo: “La plataforma que estaba usando desapareció, ¿nos podéis ayudar?” Y siempre decimos lo mismo: Bienvenidos a casa.»
La primera página de destino de uQR.me, la plataforma revolucionaria que introdujo los códigos QR dinámicos en el mundo, ahora evolucionando como QRCodeKIT.
Entonces… ¿qué haría diferente?
Mirando hacia atrás, Diego no se arrepiente de la decisión de mantenerse fuera del centro de atención. Valora la privacidad y la satisfacción de haber construido algo duradero. Pero si pudiera retroceder, tal vez habría documentado más públicamente la invención de los códigos QR dinámicos.
“No quería ser el centro de atención. Pero tal vez debería haber dejado más migas de pan en Internet.”
¿Lo habría patentado? No. Pero podría haber sido un poco más visible, por el bien de la historia, no del crédito.
¿Cuál es el legado del primer código QR dinámico?
Hoy en día, los códigos QR dinámicos están en todas partes: en envases, carteles, tarjetas de visita, menús de restaurantes y más. Millones de usuarios confían en ellos todos los días para una comunicación flexible y el seguimiento de campañas.
Pero muy pocos saben de dónde vinieron.
El primer código QR dinámico no fue una invención corporativa. No nació en un laboratorio ni se lanzó en una conferencia. Fue impulsado por la curiosidad, moldeado por la amistad y liberado al mundo sin ataduras.
Y todo comenzó con una simple pregunta:
“¿Cómo puedo cambiar el contenido de un código impreso?”